A partir del
mismo momento en que el presidente Nicolás Maduro triunfó en las elecciones del
pasado 20 de mayo, todo su esfuerzo se ha empeñado en instalar espacios de
diálogo que permitan superar la difícil situación económica que aqueja a la
población venezolana y al país en su conjunto. Mientras tanto, los sectores más
radicales de la oposición, con el respaldo de los Estados Unidos y del patético
secretario general de la OEA, Luis Almagro, buscan sabotear a Venezuela y abrir
las puertas a una intervención militar.
Desde el pasado 21
de mayo, el presidente Nicolás Maduro se ha reunido con excandidatos opositores
y los partidos que impulsaron su postulación, con dueños de medios y de bancos,
con representantes de los partidos que respaldan a la Revolución Bolivariana,
con gobernadores opositores y otros sectores del país.
Entre las varias
propuestas recibidas (que van desde la instalación de una fábrica de propiedad
público-privada que produzca papel periódico hasta la postergación por 60 días
de la puesta en práctica del nuevo cono monetario), una ha adquirido particular
relevancia.
La necesidad de
lograr la reconciliación nacional y superar el enfrentamiento ha sido uno de
los temas que no ha dejado de estar en cada una de las conversaciones.
Y es que la
principal víctima de la guerra económica a la que se ve sometida Venezuela es
su pueblo y ese pueblo votó por Nicolás Maduro con la mirada puesta en la
solución de esta situación.
De acuerdo a
encuestas previas a las elecciones del 20 de mayo, más del 60% de los
potenciales votantes se manifestaba en disposición a mantener al chavismo en el
Gobierno para que pudiera resolver los principales problemas del país y más del
85% consideraba que el principal de estos problemas a resolver era la situación
de la economía.
Al asumir sus
credenciales como Presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro ratificó “el camino que debe tomar la República y que seguiremos
pase lo que pase, hagan lo que hagan, nuestro camino será la Constitución, la
paz, el diálogo la verdad con coraje y valentía, y la defensa de la dignidad,
la independencia y el honor del pueblo venezolano frente a las agresiones”.
Maduro
señaló más adelante (puede leer el discurso completo en https://goo.gl/SYJE6t):
“Bueno, ahora yo me voy a dedicar única y exclusivamente
al tema de la batalla contra el crimen económico, contra las mafias criminales
y lo voy a lograr, a corto y a mediano plazo voy a estabilizar la economía del
país, ustedes lo verán, ustedes me verán. Me comprometo con mi pueblo, con
nuestro pueblo y con todo nuestro país a dar un revolcón económico a las mafias
criminales y a defender a nuestro pueblo por encima de cualquier cosa, por
encima de cualquier circunstancia. (...).
Pido apoyo a
la clase obrera, pido apoyo a la clase empresarial, pido apoyo a los
profesionales, a las universidades y ya esta semana a partir de mañana, voy a
iniciar un ciclo de diálogo, conversaciones con todos los sectores políticos,
económicos, comunicacionales, culturales del país. (...).
A los
Consejos Comunales, a los CLAP, a las organizaciones de base de las mujeres, de
la juventud, de la clase obrera les pido propuesta. ¿diagnóstico? Sí,
bienvenido, pero carajo vamos a las soluciones, vamos a la acción, yo necesito
propuestas de soluciones para yo asumirlas, implementarlas, ¿les parece? Eso es
lo que yo quiero”.
Más adelante
indicó: “Yo voy a recibir a
todos los partidos políticos del país, les pido soluciones concretas, no nos
vayamos al discurso general, todos los partidos de la derecha, de la izquierda,
del centro, de Marte, de Júpiter, de la Tierra, a todos los voy a recibir.
Están las puertas de Miraflores abiertas, inclusive aquellos con los que
tenemos con los que tenemos mucha diferencia, bienvenidos, quiero escucharlos,
(…) si sumamos en un todo la fuerza del espíritu nacional, de la idea nacional,
del trabajo nacional, de la producción nacional y ceden los egoísmos, las
diatribas, las mezquindades, las individualidades, el individualismo y ponemos
a Venezuela en el centro del interés nacional, nuestra amada Venezuela, nuestra
amadísima Patria que lo merece todo”.
Como gesto de
buena voluntad para poder iniciar esta nueva etapa, el Gobierno Bolivariano ha
solicitado a la Comisión de la Verdad, la Justicia y la Paz de la Asamblea
Nacional Constituyente (ANC) que se proceda a la liberación de una serie de
personas que estaban detenidas por su participación en las acciones violentas
conocidas como guarimbas que entre febrero y julio de 2017 provocaron
más de 150 muertes, más de mil heridos y lesionados, así como cientos de miles
de personas afectadas de diversas maneras.
Ya se han
liberado 79 personas, entre ellas un ciudadano norteamericano y algunos
políticos que habían dirigido este tipo de acciones de extrema violencia y ese
proceso continuará en estos días.
Las víctimas de
las guarimbas, a pesar del dolor que implica que no se hayan cumplido
las condenas o los procesos judiciales, han expresado que perdonan a quienes
provocaron estas situaciones en aras de construir el futuro que el país
requiere.
Sin embargo, ya
los sectores más radicales de la oposición venezolana han expresado que se
niegan al diálogo, que los acuerdos a los que se arribe no serán aceptados, que
no reconocen al Presidente, ni a la ANC, ni a los gobernadores (excepto los
opositores, claro), ni a los alcaldes (excepto los opositores, esos sí les
resultan legítimos), ni los miembros del Consejo Nacional Electoral (excepto el
opositor, por supuesto) y así siguen.
Ya pocos en
Venezuela les prestan atención y ya no logran movilizar a nadie.
Donald
Trump: El principal opositor venezolano
¿A nadie? Casi.
En Washington DC, la capital de los Estados Unidos, se encuentran los
principales representantes y defensores de la oposición radical venezolana.
El presidente
norteamericano Donald Trump comisionó a Mike Pence (su vicepresidente) para que
hace unas semanas atrás se presentara ante la Organización de los Estados
Americanos (OEA) y exigiera el desconocimiento de las elecciones que dieron la
victoria a Nicolás Maduro y la expulsión de Venezuela de la OEA.
Pence y Mike
Pompeo (actual secretario de Estado -ministro de Relaciones Exteriores- y
exdirector de la CIA, Agencia Central de Inteligencia) se empeñaron en lograr
el objetivo planteado e iniciaron las más burdas presiones contra los gobiernos
de los países latinoamericanos.
Y sin embargo,
Estados Unidos y sus aliados -con el nefasto acompañamiento de Luis Almagro,
secretario general de la OEA- se estrellaron contra un muro de dignidad.
La moción
condenatoria de Venezuela fue presentada por tan solo siete países y obtuvo el
respaldo de 19, cinco menos de los 24 necesarios para adoptar cualquier medida
de este tipo.
El ministro del
Poder Popular para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, en
una lapidaria intervención (puede leerla en https://goo.gl/tHLEuR) en la Asamblea General de la OEA, definió a la
situación como una tragicomedia:
“La
tragedia de una organización que es inútil, insisto inútil para atender los
grandes problemas de nuestros pueblos, que ha recuperado lamentablemente su
rol, como ministerio de las colonias del imperio estadounidense. ¿Y
cuál es la comedia, se preguntarán? La comedia en esta historia es que se
pretenda expulsar, suspender a Venezuela cuando Venezuela ya no es parte de
esta organización. Todos ustedes saben que Venezuela, en legítimo uso de
su soberanía, el 28 de abril de 2017, denunció el Tratado Constitutivo de la
OEA, e inició el proceso para su retiro formal. ¿Es o no es una
tragicomedia?, aprobar una expulsión, una sanción de una organización de la
cual un Estado decidió soberanamente retirarse”.
En sus últimas palabras como
canciller en la OEA (léalo en https://goo.gl/8A6g4C),
Arreaza concluyó:
“De manera que en nombre del
presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, y en nombre
del pueblo venezolano, Venezuela rechaza, pero no rotundamente sino
absolutamente, las decisiones que se han tomado el día de hoy, por parte de
estos 19 países. Y les garantizamos que nosotros vamos con nuestro pueblo a
enfrentar nuestras dificultades, y entre los venezolanos vamos a resolver
nuestros problemas, sin que su injerencismo y su intervencionismo hagan mella
en nuestro país”.
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